sábado, 11 de mayo de 2013

Movimiento de canción social

¿Hay en la actualidad un movimiento de revitalización de la canción social?

Confieso que no estoy lo suficientemente informado como para contestar a esta pregunta. He estado investigando en la Red y no es mucha la información que he encontrado. Iré dando cuenta en este blog de la información que vaya recabando a partir de ahora .
Le trasladaré la pregunta a quien más sabe en este país sobre canción de autor: Fernando González Lucini, quien, en sus libros y en su blog (Cantemos como quien respira), hace una exhaustiva investigación sobre la canción de autor.
La canción social o canción protesta (como se la llamó en su tiempo) en nuestro país nació como canto de resistencia con música de raíz popular, tal y como Fernando González Lucini nos muestra en la entrada de su blog Cantos de la nueva resistencia española, y fue continuada por el movimiento de los cantautores a partir de Chicho Sánchez Ferlosio, Paco Ibánez, Lluis Llach... Y de los irreductibles cantaores flamencos, como reseña Juan Pinilla en su libro Las voces que no callaron.

Bien es cierto que la canción social, a partir de entonces, no se ha expresado siempre a través de estos estilos musicales y ha seguido otras raíces, otras influencias.

Dice Rafael Tovar en El enano rabioso: Vuelve la canción protesta: el indie ante la huelga general

A principio de los años noventas, cuando explosionó la música independiente en España, tomando sonidos de fuera para traerlos al ámbito estatal, la prensa especializada tachaban, en gran medida, la creación de dichos artistas como de “temática adolescente”. Unos años donde la mayoría de la sociedad española era bastante indolente a los conflictos sociales. El país tenía la resaca de haber entrado en la Unión Económica Europea, la marcha atrás del gobierno en su reforma laboral gracias a la huelga general del 88 y la caida del muro de Berlín donde el sueño socialista parecía terminado. Parecía todo hecho. Pero en la última década la música indie no ha podido cerrar los ojos ante una realidad que afecta a toda la sociedad en conjunto y al entorno particular de cada uno de nosotros. Al fin y al cabo, dada la naturaleza de anti-estrellas-del-rock de los músicos independientes, ellos están en contacto con el pueblo llano, y sería un desacierto no atender, en dicha manera, sus demandas. Así también, la industria musical y cultural está inmersa en grandes cambios que son consecuencia directamente del entorno sociopolítico en el que vivimos, y es la hora en la que muchos artistas tienen que decidir si proteger la cultura o la propiedad privada.

Lo que parece claro, y traslado a mis compañeros compositores (de uno u otro estilo), es que hoy es más necesario que nunca volver a la canción (de) protesta (o, más que de protestas, de propuestas, a mí me gusta más). Intentaré poner mi granito de arena con mis letras, canciones y reflexiones.